lunes, 13 de noviembre de 2017

Ultraman desde el corazón

Blog patrocinado por BRT Bikes y SanusVitae

El post del Ultra MX 515 va a ser otro reto en sí. Quiero escribirlo desde otra óptica que no es la habitual, la deportiva, si no la sentimental, que quizás no es mi punto fuerte, pero esta carrera me ha tocado mucho y quiero intentar compartirlo. Allá voy.

Muchas veces me preguntáis que por qué hago estas carreras o incluso que por qué vivo de la manera en que lo hago. Yo sé que veo/vivo la vida de una forma diferente a lo habitual, que cuesta entender, y con este post voy a intentar explicarlo un poco. 

No tengo muy claro como arrancar, así que voy a saltar y veremos como cojo vuelo. Estas pruebas me hacen sentir vivo, me ilusionan, me emocionan, me hacen sentir cosas que no siento de ninguna otra forma y por eso me gusta tanto.

Mi familia y amigos mas cercanos viven en España, por lo que cada vez que se acerca una prueba de estas sé que los voy a echar de menos. De hecho una de las primeras pruebas que hice en Estados Unidos lo pasé muy mal por qué los días previos no me veía con ganas de hacerla, me sentía con miedo y eso no me había pasado nunca, hasta que entendí que lo que me faltaba era un equipo de apoyo con el que yo me sintiera querido.

Ese problema lo soluciona siempre María, que me acompaña en todas las aventuras poniendo todo de su parte para que llegue a meta. Tengo que aclarar que María no es mi pareja, no por destacar que yo esté soltero como siempre le digo de broma, si no para resaltar el nivel de amistad. Ella para venir tiene que gastar sus vacaciones y dinero con el único objetivo de ayudarme, y ver como se implica durante la prueba para mi es algo único. A mi ese nivel de amistad me emociona e intentar estar a su nivel me hace feliz y afortunado por haber conseguido este tipo de relación en mi vida. También tengo que mencionar a David que hizo lo propio en Florida (y que tampoco es mi pareja, jaja).

En este caso el equipo de apoyo se ha completado con Paulo y la maestra Soraya, dos personas de Fresnillo aficionados al deporte, amantes de su tierra y amigos de la organización que se han puesto a mi entero servicio para todo lo que necesitara. Me han cuidado, y lo digo sinceramente, tan bien como lo hubiera hecho cualquier familiar mío. A ellos se han sumado Marta (hija de Paulo), Alan y Martín (hijo y marido de Soraya) y el doctor Nacho. También vinieron Rogelio y Lucía desde México DF, amigos de mis padres de cuando vivíamos en Paris y que hace 15 años que no veía, fue otra gran alegría tenerlos en la furgo. El cariño que yo he sentido de esta gente en los 5 días que he estado con ellos es algo especial, me dio pena venirme sin saber cuando los volvería a ver. Siempre dispuestos a ayudarme en todo lo necesario, disfrutando cuando la cosa fue bien y sufriendo cuando no. Yo les veía la cara de preocupación/sufrimiento el tercer día y volvía a emocionarme. Para mí estas sensaciones son algo especial. Me vuelvo con la sensación de haber dejado allí unos grandes amigos, con la intención de volver a verlos y con la ilusión de algún día poder enseñarles yo a ellos mi tierra y poder tratarles de tal forma que ellos se vayan con la misma sensación.

Otra gran idea que hemos tenido es la creación de un grupo de WhatsApp para informar en directo de como va la cosa y desde el que me llegan ánimos de mi familia y amigos en tiempo real. Mas de una vez me sorprendo escuchando audios de gente que no imaginaría iban a estar pendientes de mi en una prueba de estas. Pocos me habréis visto emocionarme o llorar en persona, sin embargo cuando estoy sobre la bici o corriendo, cada vez que me leen los comentarios de muchos de vosotros me entran los sollozos o salen las lágrimas, ya sea por la situación que recordáis o por la que me viene a la mente. La palma en este apartado, sin desmerecer a nadie, se la llevan mis hermanos Alejandro y Javier.

Y empezó el primer día. Como siempre yo andaba apurado antes de la salida porque no encontraba cosas. En ese momento nos dimos todos los participantes la mano y un compañero de la organización comenzó a leer un texto escrito por un maestro de Fresnillo. Mi mente iba y venía, hubo grandes frases pero mi cabeza se me iba a pensar la suerte que tenía de estar de nuevo esa situación en la que pienso "Joder Alberto", teniendo la oportunidad de poder haber viajado a México, de estar sano y tener la capacidad de prepararme para estas pruebas, de compartir la experiencia con gente a la que no conozco pero con la que tengo mucho en común.

No tenía grandes expectativas en la natación, pero el grupo salió tranquilo y rápidamente me encontré con que iba cómodo a los pies del primero, por lo que decidí mantenerme ahí. Todo iba bien hasta que al final de la primera vuelta nos dijeron que habíamos atajado y que teníamos que volver hacia atrás. Ninguno protestamos, dimos media vuelta y volvimos nadando por donde habíamos venido, ya en último lugar. Me sorprendió el no enfadarme ni enrabietarme, simplemente pensé "bueno Alberto si la natación ya de por sí se te hace larga, esta vez un poco mas", me encontré cómodo y fui pasando gente, intenté coger un ritmo cómodo que no me supusiera mucho desgaste y disfruté de ese agua fría.

Se me volvieron a empeñar las gafas. Cada uno tendrá sus propias creencias pero a mi desde el Gigathlon me pasa una cosa y es que de repente mis abuelos se me vienen a la mente y me da muchas fuerzas. Nunca voy a verles al cementerio porque no creo que estén ahí, pero es verdad que siempre que estoy en la soledad del mar o lago yo noto algo y siento que son ellos, lo cual ya de por sí es un motivo para repetir. Cuando vemos fotos o hablo de ellos me emociono pero esto es algo distinto, por muy raro que pueda sonar.

Salí del agua sin creermelo del todo. Había nadado mas de 11 kilómetros y mi sensación no había sido de exprimirme demasiado. Supuse que había sido el fruto de los entrenos, me cambié, me subí en la bici y me fui. Desde que empecé en el tratlón ha sido una constante el salir mas o menos bien del agua y que luego la gente me adelante en la bici.

Pero fueron pasando los kilómetros en la bici y nadie me alcanzaba. 30kms, 50, 60... yo no me lo creía. Miraba al coche y me reía. Mi objetivo nunca ha sido competir en Ultraman si no participar y hacerlo lo mejor posible. Sabía que había salido del agua con 18 minutos de retraso sobre el primero y no quería ni preguntar a cuanto lo tenía, quería disfrutar de ese segundo puesto lo que durara, imaginándome a mis padres en España diciendo "¡Que va segundo el niño!" e imaginándome la conversación que estarían teniendo como si estuviera allí de lo que les conozco!! jaja.

Yo seguía alucinando y disfrutando de cada pedalada, miraba al coche y veía las mismas caras de ilusión que yo debía llevar y de repente veo al lider parando a comer y le paso. Ponerse primero es la leche, pero ponerse primero sin esperarlo mas aún! Rápidamente aprieto el ritmo para que no me siga y se queda atrás, mas adelante decido que para evitar el sobre esfuerzo seguiré a mi ritmo y que pase lo que tenga que pasar. Veía la gente en el coche disfrutando e imaginaba la gente de España igual y eso era queroxeno para mis piernas!

Finalmente me dieron alcance a falta de 10kms y durante 5 mas peleamos la posición con ataques, hasta que decidimos llegar juntos a meta para no hacernos mas daño muscular. La sensación fue brutal, verme peleando una etapa en un Ultraman, ver a mi gente disfrutándolo y estar orgulloso de los resultados del entreno fue una sensación que me encantó. Crucé la meta y, tras coger aire y abrazar a todos los allí presentes me senté y leí los 500 mensajes de WhatsApp mientras lloriqueaba.

El sábado fue un día menos intenso a nivel emocional por lo que paso directamente al domingo. Salía en 4ª posición de la clasificación general y en mi fuero interno sabía que era un día para sufrir pues llevaba casi dos meses sin poder correr por una lesión en el talón izquierdo, pero en la carrera no lo sabía prácticamente nadie, ni siquiera dentro de mi equipo.

Empecé a correr y me vi sin dolor. Yo para bien o para mal soy un optimista, Antoñita la fantástica que diría mi madre. En el kilómetro 10 iba tercero, sin dolores y empecé a hacer cálculos para volver al podio e incluso ganar, después de todo por qué no van a fallar todos los demás y yo no¿? jajaja

Todo fue bien hasta el km.30, e incluso terminé la primera maratón en cuatro horas, pero ya desde el km.35 habían empezado los dolores y del talón pasó a la rodilla,que se me infló "está como naranja" me dijo María. Ya desde el km.50 sabía que no iba a poder correr más y que iba a ser una cuestión de paciencia y aguante.

Tenía mas de 5 horas caminando por delante, no iba a mejorar mi marca de Florida ni iba a llegar al podio pero me quedaba una cosa: disfrutar de mi suerte. La suerte de estar conociendo Méjico haciendo lo que mas me gusta, la de saber que aunque en ese momento no pudiera correr cualquier otro día de mi vida si puedo hacerlo, la de levantar la cabeza y ver las caras de eso amigoss que están preocupándose e incluso temiendo por mí.

La suerte de saber que a miles de kilómetros hay gente que está despierta de madrugada para enterarse de cuanto le queda a ese familiar o amigo loco que está caminando por los campos de Zacatecas y encima los mensajes no les llegan con la fluidez que nos gustaría por la falta de cobertura. Yo voy tan forzado que ni me atrevo a escuchar o leer sus mensajes pues sé que me emociono y no quiero desviar mi concentración ni un segundo de la estrategia que me he marcado: caminar a 6km/h para llegar con un margen de media hora.

Al final conseguí llegar y para mi sorpresa terminar en 5ª posición general, pero esto no se trata de la posición en la que quedas, ni siquiera de deporte. Esto es conocer gente maravillosa, establecer unos vínculos que de otra forma es imposible establecer. Es ver como unos desconocidos te han cuidado como a un hijo durante tres días, como una amiga comparte tu felicidad, como un pueblo te ha mostrado cariño, respeto y hasta admiración. Ver como un compañero que quedó fuera de tiempo se marcó 12 horas de coche animando a los demás participantes, como un padre y su hija cruzan juntos las meta tras 515kms de esfuerzo, como el único equipo de tres (con uno de sus miembros con tetraplejia) consiguen terminar. Es ver como según vamos llegando a la meta todos, nos abrazamos y nos alegramos por el otro de corazón.

Es darte cuenta de que hay gente que te quiere mucho y mucha gente a la que tú quieres más y que juntando todo lo anterior ¿como no voy a ser feliz?



domingo, 1 de octubre de 2017

¡¡10.000 dólares por 100 millas!!

Hacía tiempo que no escribía pero este domingo disfruté tanto sobre la bicicleta que se merece un post.

Estoy a 5 semanas del UltraMX515, el Ultraman de Méjico y la verdad que andaba preocupado por un dolor en el talón que desde hace dos semanas no me deja correr, por lo que me está jodiendo la preparación para la doble maratón del tercer día, pero la carrera de ayer me dio un subidón total de moral.

Una bonita tradición que hemos instaurado con mi amigo Víctor, es la de apuntarnos a una carrera. El viernes según salimos del trabajo, cargamos las bicicletas en el coche, conducimos, comemos pizza y/o pasta y llegamos hasta donde toque, allí dormimos y el sábado por la mañana participamos en la prueba de 100 millas (160kms) y al terminar, tras disfrutar un rato del ambiente, nos volvemos a Austin. Echaré de menos estas expediciones cuando me vuelva a España.

Esta carrera está organizada por un Hall of Fame de la NFL(fútbol americano), Emett Smith, y el ganador se lleva 10.000 dólares de premio, por lo que va lo mejor de la zona y de fuera. Nos colocamos en la línea de salida con los profesionales, los que vienen a por el botín, a 3m de mi está Nathan Brown, del Cannondale, que este verano se puso el maillot de montaña en el Tour de Francia. Para que os hagáis una idea.

Es una pasada ver esos cuerpecillos de los ciclistas, que los ves super finos pero que sabes que en esas piernas hay un watts que tú no tienes. Se da la salida, neutralizada los tres primeros kilómetros y una vez fuera de Frisco se lanza. Lo que sentí en ese momento fue espectacular, fue como teletransportarse dentro de la tele a la hora de la siesta. Íbamos en el pelotón a unos escasos 20 metros de la cabeza. La velocidad aumentó rápidamente a 45-50kms/h y yo me concentraba en moverme bien dentro del pelotón. Había mucha paja que los pros querían sacudirse y yo quería ser de los ramujos que mas les costara.

Para mi era espectacular. Levantaba la mirada y veía como en cabeza los tíos hacían demarrages de un lado a otro de la carretera y se giraban para ver el daño causado y quién saltaba. Estaba compartiendo carrera con un tío que había corrido el Tour hace unos meses y con otros que corren vueltas importantes como la de California, Bélgica, etc. En fútbol sería como estar jugando en Primera.

Llegamos a la llanura. Carretera recta y viento frontal desde la izquierda. Lo que pasó a continuación solo lo había visto desde la cámara del helicóptero. Pegaron varios tirones yéndose hacia la izquierda y se fue formando una línea escalonada ¡Era un abanico! Se hizo un primer abanico con los pros y jamás volvimos a verlos. Yo me metí en el segundo de ellos a la derecha, a unos dos metros del arcén, cuando de repente vi a Víctor(que sabe bastante mas de ciclismo que yo) pasar bailando la bici por mi izquierda y meterse en mitad del abanico "abriéndose hueco". En el momento me extrañó pero cuando lo hicieron otro par de ciclistas lo entendí: estaba en el sitio mas peligroso del abanico. Poco a poco me fueron sacando de la carretera hasta que tuve que poner mi cuerpo contra el ciclista de la izquierda para que supiera que no cedía mas. Aquí podéis ver lo que es un abanico y como funciona Vídeo Abanico

En ese segundo abanico aún quedaban algunas bestias pardas, que aprovecharon un giro de 90º para cambiar de nuevo el ritmo y descolgarnos a los tres "terrestres" que hasta allí habíamos llegado. Quedamos en tierra de nadie y dijimos de trabajar entre los tres, pero el tercero no se enteraba. Esperamos a otros dos que llegaban por detrás pero tampoco hacían la rotación de relevos bien. Dimos alcance a otro par y dijimos de hacer relevos de dos minutos y dejarse caer. Yo me sentía muy fuerte, rodando muy cómodo sobre los 35kms/h y llevando al grupo en las subidas. Víctor me decía que no fuera tan generoso, que guardara, pero yo me sentía bien. Descolgamos a 3 que no fueron capaces de seguir el ritmo y seguimos los 4 funcionando a relevos.

Al llegar a un pueblo vimos que por detrás llegaba el primer pelotón de los amateur y nos dejamos engullir. No estaba bien organizado, cada uno cogía la cabeza cuando le parecía y alguno de los que la cogía frenaba al grupo. Yo me puse varias veces a tirar y en las subidas prolongadas estiraba el grupo, quería cerrar el hueco con un par de escapados que llevábamos 200m delante, hasta que me dijeron que aflojara que me estaba pasando.

Del subidón que llevaba me tiré un triple. También es verdad que no me esperaba que Víctor, siempre "conservador" con la estrategia en esa ocasión no lo fue. Íbamos cortos de agua y les pregunté a los del grupo si tenían pensado parar en el km.100 o llegar a meta sin parar y me respondieron que lo segundo, así que me giré a Víctor y le dije "¿Me tiro a ver si enlazo con los de delante, que me lleven hasta el avituallamiento, lleno bidones y vuelvo con vosotros?" y me contestó con un "¡Dale!". Yo sin pensarlo agaché la cabeza y aceleré, apretando los dientes y notando la tensión en los músculos.

Cuando llevaba apenas un kilómetro me di cuenta de que los que antes estaban a 200m ahora estaban casi a 500 y peor aún, no tenía ni idea de donde estaba el avituallamiento. Pensé "No mires atrás, no puedes dejar que te cojan porque no has podido" así que apreté aún mas y rodé por encima de 40kms/h en solitario 10kms hasta que apareció el avituallamiento. Llené lo mas rápido que pude los dos bidones y mientras llenaba el segundo escuche los aplausos al grupo que pasaba, mi grupo. Encima el avituallamiento no estaba a la vista por lo que no sabían que me habían adelantado. Estaba en el km.95.

Volví a la ruta y no veía a nadie, con esperanza pregunté si había pasado el grupo y obviamente me respondieron que si. Bajé la cabeza y pensé "aprieta aunque duela", porque ya notaba que me estaba pasando, que los muslos ya estaban subiendo de temperatura. De repente los vi tras un repecho. Recé por que hubiera subidas y curvas que era donde yo era más rápido y les recortaba. Iba cerrando hueco, de 500 metros a 400. La cabeza me pedía dejarlos ir pero yo le contestaba que no, que lo diera todo hasta cerrar ese hueco y luego allí recuperaría. 300 metros. En una curva le pegué un grito a Víctor para ver si me veía y se descolgaba para llevarme pero no. La distancia se recortaba si, pero a una velocidad proporcional a la que se desgastaban mis fuerzas. 200 metros.

Finalmente unas curvas cerradas consecutivas y un cruce acabaron de permitirme enlazar. Habían sido 10kms en solitario escapándome y otros 8 persiguiendo. Ya no me veía tan sobrado. Me protegí dentro del grupo y me prometí que iba a hacer 20kms sin asomarme, recuperando. Y lo cumplí.

En el kilómetro 125 le dije a Víctor que ya estaba recuperado, que quería volver a tirar. Había disfrutado tanto al principio y me había visto tan fuerte después que cogí confianza de cara al Ultraman de Méjico. Vale que el tercer día es una incógnita como lo haré, aunque sé que no llego bien. Pero el primer día con una buena natación(10kms) y estas sensaciones en la bici (145kms) voy a poder disfrutar mucho y meterme en la pelea con los de arriba, y si termino bien puede que el segundo día también pueda dar un poco de alegría. El como me apañe con los 84kms corriendo del tercer día es un problema para el Alberto del futuro!

La carrera siguió a ritmo y en un bache a Víctor se le aflojo el manillar. Quedaban 25kms para meta y decidimos que si se quedaba le esperaba en meta. En el grupo empezamos a acelerar de cara a llegar vacíos, yo me encontraba tan bien que me puse de los primeros y a todo el que atacó salté a cerrarle el hueco, estaba disfrutando muchísimo. Incluso dos abrieron un hueco y me fui con ellos y cuando vimos que nos habíamos escapado decidimos aflojar para volver al grupo e ir juntos. Los últimos 4-5 kilómetros me los hice yo en cabeza apretando al grupo y subiendo el ritmo cada vez que alguien se me ponía en paralelo. En la última curva a 100 metros de meta se lanzó el sprint y me quedé sexto de mi grupo(42 de la general, incluyendo los 25 profesionales) y aprendiendo otra lección: al sprint hay que llegar con el piñón apropiado metido.

Soy un novato en ciclismo de carretera, pero me está enamorando

jueves, 4 de mayo de 2017

Ironman Texas: Cuando te falla tu mejor arma.

Tres años después vuelvo a enfrentarme a la distancia Ironman: 3,8 kilómetros nadando, 180 en bici y 42,195 (maratón) corriendo. Fue la primera carrera de larga distancia que hice, la que me permitió saber si era capaz de enfrentarme a estas pruebas o no. Aquel día en el Ironcat tardé unas 12 horas y cuarto. Y lo disfruté, mucho.

Como siempre en mi caso, toda prueba comienza con un percance. En este caso María (BSE) aterrizó en Austin el jueves por la tarde para el viernes por la mañana salir rumbo a Houston, donde tiene lugar la carrera. Tras apretarnos una pizza como la tradición manda, nos pusimos a ver los horarios del día siguiente. Vimos el check-in de la bici pero no el del atleta por lo que revisamos las instrucciones y horarios previos. Y fue ahí cuando vimos, en mayúscula y subrayado, que el check-in del atleta solo podría hacerse miércoles y jueves. Miramos el reglamento y, en mayúscula y con asterisco, ponía que los participantes que no se presentaran al check-in no podrían tomar parte en la salida. Joder.....

Estoy muy acostumbrado a cagarla y arreglarlo, las he hecho muy gordas y siempre las he solucionado (desde irme a un duatlón y olvidarme la bici hasta presentarme a unas oposiciones en la ciudad que no es),todo esto es muy gracioso cuando lo cuentas después pero en el momento las pasas putas. Tengo claro que alguna vez no lo arreglaré y estaba convencido de que iba a ser esta.

Decidimos salir a las 4:00 de la mañana hacia Houston para estar allí los primeros y convencer a quien hiciera falta para que nos dejaran participar. María decía que seguro que me dejaba pero yo, con lo cuadriculados que son estos americanos a veces, no lo veía nada claro. La noche del jueves envié un mail contando la cantidad de problemas que me habían impedido llegar al check-in y la ilusión que me hacía participar, modo drama On. Finalmente fue mas sencillo de lo que me esperaba y me dieron cita para recoger el dorsal (que no el chip) a media tarde, de forma que me fue imposible asistir al briefing.

Una vez pasado el primer susto toca enterarse de como funcionan las transiciones. Hay 2000 participantes y está todo muy organizado, no tiene nada que ver con las pruebas a las que estoy acostumbrado de pocos participantes y todo muy personal, cosa que echo de menos. Preparando los avituallamientos me doy cuenta de que me he dejado la mitad en casa, por lo que decido tirar con lo que den en carrera, aunque no sea lo mas recomendable, nunca me ha dado problemas el estómago y siempre le he metido de todo en carrera.

Otra cosa que tampoco se recomienda es estrenar material el día de la prueba, pero me he comprado un pepino de neopreno y no puedo resistirme! jeje, todos somos humanos que diría mi madre. Todos los años tengo un presupuesto para mejorar material y parte de él ha ido al neopreno. Para hacerlo mas "sin sentido" aún, la organización dice que el agua no está lo suficientemente fría para usar los neoprenos, por lo que los que así lo decidamos empezaremos los últimos y perderemos la posibilidad de clasificar para el Mundial de Hawaii. Como ya dije en el Live, a mi me da lo mismo, yo ya estoy clasificado como Ultraman!! jajaja

Intento irme pronto a la cama pues la noche anterior no había dormido nada. Por la mañana me levanto, desayuno y repaso que lleve bien todo, no queremos mas cagadas. La bici quedó preparada el día anterior así que esta vez solo tengo que meterle aire a las ruedas y llenar los bidones. Mi estrategia de carrera es mala, malísima: nadar al 80% e ir a muerte en la bici. Luego ya veremos como me apaño en la maratón. Es mala pero divertida, y me apetece divertirme!

En la línea de salida una voluntaria me pregunta que donde llevo el chip y le digo que no lo llevo, que no me ha dado tiempo a recogerlo, me hizo mucha gracia su cara de susto mientras me preguntaba "¿Pero y tus tiempos?" y yo le respondía "Me dan igual" jeje. Quería hacer menos de 11h30 y con saber la hora de salida y la de llegada me valía, el otro dato que me interesaba era la velocidad media en la bici, mi motivación era conseguir un 32km/h. Y en ese momento apareció María con el chip,jeje.En la foto podéis ver mi estrés pre carrera.

Se dió la salida y efectivamente salí con los últimos. Hacía muchísimo que no nadaba con tanta gente y se me había olvidado la cantidad de contacto que hay. Me lo pasé muy bien adelantando gente, al principio demasiada pues entre el neopreno y que estaba en la cola prácticamente iba doble de rápido, por lo que me abrí por fuera para no tener que ir esquivando. Me llevé patadas y manotazos, de los que yo también di alguno, aunque más bien empujones para quitármelos de en medio y poder pasar. Si nunca has nadado en un pelotón de estos es toda una experiencia!!

El tramo final de agua fue asqueroso, por un canal que no sé yo lo sano que sería nada por ahí. El agua tenía tierra y unos olores que...en fin. La transición me la tomé con calma, bebiendo y hablando. Luego María me dijo que tardé 11 minutos y he a posteriori he pensado que es demasiada calma, si quiero bajar tiempo no puedo perder 11 minutos en una transición y, ya os lo adelanto, 13 en la segunda. La próxima no puedo tomármelo con esa parsimonia!

Empecé la bici concentrado, aquí mi objetivo era regularme bien para mantener un esfuerzo constante que me permitiera llegar a los 180kms con un buen resultado. Me preocupaba también las penalizaciones, en cuaquier otra carrera es fácil mantener las distancias pero aquí con tanta gente me parecía mas complicado. Nunca me han penalizado y quiero mantenerlo así. Mi ritmo era bueno, llegué al km.50 a una media de 32km/h. El viento era medio/fuerte y en diagonal por lo que molestaba pero no empujaba ni frenaba excesivamente. Me vi fuerte y subí el ritmo. Pasé por el km.90 con un 33,4km/h de media y seguía subiendo. Perseguía una P5X (15.000$ de bici) ya con la media en 34km/h cuando el viento giró y aumentó su fuerza: viento de cara para los 50kms finales. No podía pasar de 30km/h, incluso a veces miraba y veia un 26 o 25 y me iba cabreando, veía como bajaba la media y como por mas que apretaba no conseguía mantenerla y es que el viento es un auténtico torturador: si quieres ir rápido no te deja y si dices "pues voy mas despacio y no me canso tanto" te deja parado.

Poco a poco vi como mi media cayó hasta 32km/h, momento en que dejé de mirarla y desde entonces no la he comprobado. Veía como se me iba el objetivo de la velocidad y me cabreaba. Al final llegué mas rebotado que cansado a la segunda transición. Tocaba bajarse a correr. Como ya he dicho me volví a tomar la transición con calma y empecé a correr. Iba cansado pero quería ver hasta donde llegaba sin andar en la maratón. Me la fraccioné en mi cabeza en tramos de 5kms y empecé con el trote, el ritmo era bueno, por debajo de 6'km pero algo me concomía, aún no sabía lo que era. No encontraba referencias entre los participantes, había tanta gente que no tenía localizado a nadie para inventarme una historieta, el circuito era monótono...pero sobre todo mis cálculos no me gustaban.

En el km.15 me paré por primera vez y algunas dudas asaltaron mi cabeza, las controlé lo que pude pero llego un punto en que me superaron. No había conseguido hacer la media que quería en la bici...no iba a bajar de 11h30...ya sabía que era capaz de terminar y en mi cabeza retumbaba... ¿Para que cojones vas a hacerlo entonces? No encontraba motivación, echaba a correr pero mi cabeza me la jugaba, me decía "¿qué mas te da 12 que 14 horas? ¡No corras!"  y la faena de tener una mente fuerte es que todo lo que te ayuda cuando la controlas te putea cuando no y en ese momento llego a hacerme pensar que para que hacía estas tonterías, que a ver si acababa ya y me dejaba de carreritas y mierdas.

Recuerdo que vi a María en el km.28 y quería llorar, no me veía con fuerzas, era una sensación rara por qué aunque tenía claro que iba a seguir y terminar, no veía el motivo para hacerlo. ¡Por primera vez estaba sufriendo! Me acompañó unos metros y me dijo que me esperaba en el 38 para darme la bandera. Una vez que volví a verme solo poco a poco retomé el control, me concentré en comer y beber en cada avituallamiento y en dar las gracias a los voluntarios y al público que me había animado en cada una de las tres vueltas. Parece una tontería pero con la barba me reconocían en cada paso y algunos me cantaban los de "Fear the beard!". Para mantenerme corriendo esperaba a ver alguien con un ritmo "cómodo" y me ponía inmediatamente detrás suyo y durante los dos kilómetros hasta el siguiente avituallamiento para mí solo existían esas dos zapatillas y pasara lo que me pasara o me dijera mi mente lo que me dijera de ellas no me separaría.

Entre esa estrategia y ver la meta cada vez mas cerca me fui rehaciendo. Es increíble el poder de la mente, tanto para bien como para mal. En otras ocasiones me ha llevado en volandas haciéndome fácil lo difícil, sin embargo hoy que la tenía cruzada me era prácticamente imposible echar a correr cada vez que lo intentaba, todo por que a ella no le daba la gana! Lo que siempre digo, el cuerpo humano es una máquina brutal!!

Finalmente vi la meta, esta vez si que lloré pero un kilómetro antes, es la leche esa sensación, no sé si es felicidad o qué exactamente pero cada vez que me recorre el cuerpo me encanta! Al final no conseguí bajar de 11h30 ni la media de la bici, pero ese momento de crucar la meta con mi bandera de España pensando en mi gente (muchos de esa gente vosotros que lo estáis leyendo) merece la pena por sí solo!!

Ahora habrá que tatuarselo, jeje

domingo, 26 de febrero de 2017

¡Soy Ultraman! (UM Florida 2017)

Post patrocinado por BRT Bikes y SanusVitae

Ultraman Florida 2017
515kms(10 natación+145 bici; 275 bici; 84,4 corriendo), un atleta, cuatro supporters y muchos animadores!

Llegó el momento de una nueva aventura. Vuelve esa emoción por ver el resultado de tantas y tantas horas de entreno, en la piscina, sobre la bici o corriendo. Vuelvo a estar cerca de volver a sentir eso que tanto me gusta, de cruzar otra meta, de sentir como me suben las lágrimas al acordarme de mucha gente que me empuja. Estamos a pocos días de vivirlo de nuevo.

Días previos
El martes por la noche llego a Orlando(Florida). Tanto el lunes como el martes en el colegio ya estaba que me subía por las paredes de la impaciencia por empezar ya! Me sentía bien y me veía fuerte. Además esta vez no quiero "solo" ser finisher, esta vez quiero ver hasta donde puedo llegar, y eso me tiene con una chispita en los ojos.

El miércoles toca pasar los controles de las bicicletas en la tienda designada por la organización, es una pasada ver como miman a mi BeRTa. Allí coincidí con otros españoles que iban a participar: Marc (con quien nos conocimos en el Gigathlon), Roger, Juanlu y Delia. Como si fuera un ciclista del Tour, nos fuimos con la furgoneta a reconocer los 145kms del sector de bici del viernes. Después fuimos a cenar con unos amigos donde me tocó explicar las distancias que iba a realizar y disfrutar de algo que siempre me hace gracias; las elucubraciones la gente "¿Dos maratones seguidas?¿Y un día detrás de otro?¿Y como vas al baño?"

Siguiendo a lo Contador, el jueves por la mañana recorrimos la parte final del circuito de bici del sábado. De los 275kms nosotros hicimos los 150 finales. ¡Me cago en la leche que Florida es plano decían! Este final es un sube y baja continuo, incluida una subida de unos 400m al 20% donde nos tocará retorcernos para llegar a la cima!

Contrariamente a otras veces, me cuesta dormirme, doy mas vueltas que un pollo asado. Estoy nervioso, mañana voy a saber por fin hasta donde puedo llegar y no quiero las cagadas tontas que siempre me pasan (los que me conocéis ya sabéis de lo que hablo: deportivas en el Gigathlon, despistes con la hora,...)

Día 1: natación + bici
A las 4h00 suena el despertador, voy directo al baño a "verme los pies" y de ahí a empezar a comer y beber cuando llega una de las muchas sorpresas del finde, me ponen un vídeo de la gente de mi familia dándome ánimos: simulaciones de deporte, canciones, "lenguaje de signos" y otras muchas cosas que me sacan varias sonrisas mientras aguanto la lágrima hasta que aparecen las abuelas y alguna se me escapa!

Llegamos puntuales a las 5h30 para hacer el check-in de carrera y dejar bien preparada la bici. Estoy concentrado, quiero dejarlo todo perfecto. Meto presión a las ruedas. La lenticular atrás y la de palos delante van a ser las elegidas. Con esto y con el casco de huevo voy a parecer un profesional total, ya solo me falta conseguir sus patas y ritmos pero el siempre importante postureo ahí queda!!

A las 6h50 los 45 participantes, embuchados en nuestros neoprenos, entramos a la orilla del Lake Conway, listos para enfrentarnos a ese primer reto de los 10kms a nado. Mi objetivo declarado es bajar de tres horas aunque en mi interior (optimista por castigo) voy a por 2h50'. No se puede hacer drafting por lo que tengo que ir en solitario guiado por Caroline en el kayak, que además me irá dando de comer y beber. En la natación mas que la distancia el enemigo es el aburrimiento. Es un auténtico coñazo estar tres horas escuchando "ahhh(cojo aire) pfffhhh (lo suelto)". Si, la primera onomatopeya no sabía como escribirla,jajaja.

Y en el kilómetro 5 empieza la fiesta: calambres en los gemelos, unas veces el izquierdo y otras en el derecho. Nado con el tobillo flexionado hasta que siento que está lo suficientemente relajado como para poder volver a patear normal. ¡No me quiero imaginar como se ve mi técnica de nado en esos momentos desde fuera! No tengo sensación de ir rápido y me da miedo comprobarlo en el reloj. Además, pese a ser un lago, hay corrientes. Llegué a ir octavo pero luego poco a poco me fui descolgando hasta salir del agua el 13º con un tiempo de 3h09. No estaba contento, ¡no lo entendía! Vale que el 2h50 era optimista, pero había entrenado en esos ritmos y normalmente en carrera siempre mejoro. Salía más decepcionado que cansado pero no hemos venido a lloriquear. Si la natación no ha salido habrá que echar el resto en la bici!!

Entro a la carpa de transición con otro español, Toti y también Tom el californiano. Aquí vemos una de las diferencias culturales entre españoles y americanos: mientras nosotros nos despelotamos en cualquier sitio para ellos ver ciertas partes mágicas de nuestra anatomía es como mirar a los ojos a Medusa!! Y tras semejante metáfora lo explico: a mi me ayuda a cambiarme Michelle y a Toti su novia y su hermano. Todo fuera cuando de repente mi ayudante sale corriendo, jaja. Luego me diría que no quería estar con tantas colas,jaja.

Termino de vestirme y nos damos cuenta que nos hemos dejado la vaselina en casa, digo que da igual que me voy así, que ya veremos como acaban las mencionadas partes mágica después de los 145kms. Y las de magia negra también!jajaja

Empiezo la bici y sigo dándole vueltas a como narices he hecho esa mierda de sector de natación. A día de hoy sigo sin tener del todo claro por qué lo hice tan mal. Es verdad que todo el mundo se quejaba de lo mismo, pero yo tengo el agua por mi mejor segmento y no le había sacado partido esperado.

En la bici aprieto los dientes y las piernas. La sensación es extraña, me gusta, voy exigiéndome mas de lo que normalmente hago pero no me noto estresado. Tengo que recuperar el tiempo perdido y llegar a la meta antes de las 8 horas totales, como era mi objetivo. La primera hora la hago a 34km/h de media y bien de pulsaciones, hay algo de viento pero por ahora no molesta y sorprendentemente voy pasando gente. No entiendo nada, para bien. Siempre me pasa que en el agua salgo delante y en la bici me pasan como aviones. Sin embargo hoy había salido el 14º y conseguí pasar a cuatro compañeros en el segundo sector.

Sobre el kilómetro 90 me pasa Chamba, otro español. Para mi es un orgullo competir contra gente que sé superiores a mí y ver a cuanto estoy de ellos para en un futuro acortar esa distancia. Le aguanté hasta que me quedé cortado en un semáforo, no sé hasta donde hubiera podido llegar siguiéndole. Lo que si sé es que hasta el kilómetro 100 llegué en tres horas clavadas, a una media de 33,3km/h. Me sentía muy fuerte, estaba contento, disfrutando, y eso que a veces te volvías loco notando un viento que no veías. Notabas que te frenaba pero mirabas a las copas de los árboles o la hierba y nada se movía, era un viento fantasma y en tu cabeza decías algo así como "¿Pardiez, de donde cáspitas viene ese viento?" "¿Me cago en la puta de donde coño viene ese viento?"

¡Estaba disfrutando! me sentía afortunado de poder estar haciendo lo que estaba haciendo y el lugar donde lo estaba haciendo, volvía a pensar aquello de "Joder Alberto...". El corazón iba a 122 pulsaciones de media pero las piernas empezaban a ir al límite. Tanto los gemelos como los cuádriceps iban dando avisos. El cuádriceps izquierdo llegó a acalambrarse un par de veces, pero con el ultraciclismo del año pasado he aprendido a ir con calambres y conseguir que los músculos vuelvan a su lugar. Cada vez que me veo en esa situación me da la risa,jeje. Me acuerdo cuando en mi primer triatlón se me subieron los gemelos al empezar a correr y poco mas y llamo a la ambulancia, los bomberos y protección civil!!

La última hora se me hizo dura, solo pensaba en terminar, ya si me notaba fatigado. A unos 20kms de meta me pasa Steffi, una alemana que da gusto ver la posición perfecta que lleva sobre la cabra, no puedo seguirla. Llegué a meta con el culo y los músculos doloridos y bajando de las 8 horas, pero saludando como si hubiera ido de paseo!

Aún así cuando vi la tabla de tiempos no estaba del todo contento. No sabía por qué pero no lo estaba. El agua había salido peor de lo esperado y no había conseguido meterme en el top 10 como yo quería. Tardé un par de horas en darme cuenta de que tenía que estar contento, qué había bajado de las 8 horas como era mi objetivo y qué si no estaba en el top 10 era, simplemente, porque había gente que era mejor que yo, pero yo no habiendo cometido ningún error tenía que estar contento de mi primer día y saber que si quiero entrar en ese top 10 aún tengo que mejorar.

Luego tócate las narices, tras ir muerto de sueño en la furgoneta de camino a casa, bostezando mientras comprábamos algunas cosillas y durante la cena, cuando por fin me meto en la cama, resulta que no hay manera de dormirse. Vueltas para un lado, para otro, calores, saca la pierna, pon la radio, nada que no hay manera. El cuerpo está como una moto después de todo el día y cuesta echar el cierre. Es casi como cuando llegas de fiesta "hidratado" de mas y parece que la cama está en un barco.
Conseguiría dormir unas 6 horas

Segundo día
Me levanto fatal. Me siento destemplado, cansado y pensando que hoy lo voy a pasar muy mal en los 270kms de bici. No me sentía fuerte. Intenté salir de la habitación sin que se me notara. Me alegra ver a María y David que habían llegado la noche anterior para completar la "crew". Me siento a desayunar y me ponen otro vídeo. Esta vez son mis amigos de toda la vida los que me mandan sus ánimos nadando en la bañera, haciendo bicicletas con sus cuerpos... me hace ilusión verlos a todos e incluso a alguno que no me esperaba!! "¡¡Déjate de tonterías Alberto y vamos a darlo todo joder!! Vaaaaaamos!!"

Llegamos a la zona de salida ya vestido y bien de vaselina esta vez. La crema para culo de bebés que me puse anoche algo ha hecho. No sé muy bien con que rueda trasera salir. Echo un vistazo a las demás bicis y veo que prácticamente solo los top5 llevan la lenticular. Los top 5 y Steffi. Tras muchas dudas me decido por salir con la lenticular yo también pero dejo al equipo avisado de que en cierto momento querré cambiarla por la normal. Nos colocamos en la línea de salida. Tengo muchas ganas de empezar. El comienzo será en grupo y podremos ir a rueda hasta el kilómetro 5, a partir de ahí hay que mantener la distancia equivalente a tres bicis con el que te precede.

El pensamiento antes de empezar es "Alberto no te calientes y salgas mas rápido de la cuenta" Arrancamos e intento colocarme en un grupo que vaya a un ritmo bueno para mi. Adelanto unos pocos hasta que el pelotón empieza a estirarse y veo que vamos rodando a unos 38 por hora, eso es muy rápido para mí. Consigo no calentarme y quedarme, dejo que me pase el dorsal 16 (Jessica) y me adapto a su ritmo. Tiene un pedaleo muy pesado pero constante, hago por mantenerme detrás suya. Aquí tenéis una foto de lo que fue nuestro día:

La tía va como un reloj hasta que por fin para a beber y comer. Yo lo hago en marcha por lo que adelanto y sigo. ¡Cual fue mi sorpresa cuando veo que al rato me vuelve a pasar! Detrás suya viene el mejicano, Diego. Los dos vamos detrás de Jessica que con su pedaleo pesado parece que tarde o temprano reventará. Alcanzamos a Roger que había empezado muy fuerte en ese grupo del que yo me solté y se pone a cola. Cada vez cuesta mas mantener la distancia con esta Jessica. Ella vuelve a parar a comer y beber y me pongo a tirar yo con la intención de escaparnos. Y de nuevo otra sorpresa cuando por el rabillo del ojo la veo aparecer y ponerse al frente. Tiene 27 años y nos lleva a los tres lloriqueando detrás!! jaja.

Tanto fue así que en la siguiente parada que hizo hablamos entre nosotros tres y decidimos que en vez de aprovechar para intentar abrir hueco íbamos a aprovechar para coger aire y poder engancharnos a la locomotora cuando volviera a pasarnos. Nuestra hombría quedó en aquella cuneta! jajaja. Y ni por esas, porque al cabo de un rato nos fue desenganchando de uno en uno.

Al quedamos Roger, Diego y yo me puse a tirar. Roger se quedaría poco antes del km.200 pero Diego y yo seguíamos juntos. Por detrás sabíamos que andaban cerca un canadiense y un brasileño, sentía la emoción de no querer que nos dieran alcance. Mi equipo me estaba avituallando bien de bebida y comida, pero no me seguía todo lo cerca que yo necesitaba, de hecho se lo tuve que decir varias veces, que quería verlos mucho mas a menudo aunque no cogiera nada pero para comunicar y que me dieran tranquilidad y seguridad. No tenía móvil y en caso de avería perdería muchísimo tiempo.

Pegué un tirón para abrir un pequeño hueco respecto a Diego y cambié la lenticular por la rueda normal para la zona de sube y baja, hay kilo y medio de diferencia entre ambas. Fue en una de esas zonas cuando empecé a notar algo raro en la parte trasera de la bici, de primeras me pareció la cadena. Seguía sin ver a mi equipo todo lo que me gustaba y al pasar les grité que quería verlos cada milla, que notaba algo raro y que no quería quedarme tirado. Iba asustado, no sería la primera vez que tuviera problemas mecánicos en una prueba!

No había recorrido ni un kilómetro cuando se desprendió el casette y me quedé sin poder avanzar. Diego se paró conmigo pese a que le dije varias veces que siguiera, pero el tío se había bajado de la bici antes que yo. Llegó su equipo y pararon para ayudarme. Aquello no tenía arreglo, por lo menos que nosotros supiéramos. Llegó mi equipo y se bajaron del coche como cuando hay un accidente en el Tour, unos con la bici de repuesto en la mano y otros con bebida o herramientas. El único problema es que ninguno tenemos ni puñetera idea de mecánica y todos estábamos nerviosos.

Aquello parecía Benny Hill, unos intentando subir el sillín de la bici nueva, luego intentando bajarlo, otros aflojando o apretando los pedales porque las calas no enganchaban, otros mirando sin saber muy bien qué, que si cambiamos los pedales, que si cambiamos la bolsa de los geles...que pena que no nos grabaran con una cámara oculta! Al final alguien dijo "¿Oye y si volvemos a poner la rueda lenticular no funciona?" Y ahí estuvo la solución, y menos mal, porque si no acabamos desmontando a la pobre BeRTa!jaja

Nos había pasado el dorsal 6 durante la avería y en cuanto me habitué de nuevo a la lenticular le dije a Diego que teníamos que cogerle, que me daba igual que nos pasaran si eran mejores pero que por una avería no podía ser! Íbamos animándonos mutuamente y le dimos caza. Después afrontamos los últimos kilómetros sabiendo que el canadiense andaba cerca. Tiramos hasta meta a tope y allí entramos juntos Diego y yo después de una gran jornada parando el crono en 9h31, 29min menos de lo que era mi objetivo y llegando bastante bien de piernas. Esta jornada si que la acabé muy contento, por mi rendimiento y por haber disfrutado de ese espíritu de compañerismo. Ya solo quedaban las dos maratones del domingo. Aquí nos tenéis a Diego y a mi peleándonos con la subida al 20%

Además de esa sensación al terminar, otra de las cosas que me enganchó a estos deportes de resistencia es ese compañerismo, ese si alguien tiene problemas se para todo. Ya os lo he comentado algún caso aquí, pero el domingo habrá mas.

Paso por la camilla de masaje y volvemos a casa en la furgo. El equipo está haciendo el trabajo bien y no hemos tenido más imprevisto que la avería, pero ha habido tensión entre los supporters, cosa que es normal. Hay que saber que mi equipo es mitad americano y mitad español, con la dificultad del idioma y la diferencia en la forma de gestionar las situaciones entre unos y otros. Yo intento decir lo que no me ha gustado de la mejor manera para que no se repita al día siguiente. No me ha gustado que no se me hiciera caso cuando he dicho que quería verlos mas a menudo pero sobre todo no me ha gustado que algunos miembros siguieran otro criterio por encima del mío cuando era algo que habíamos hablado anteriormente.

Tercer día
He dormido poco pero me levanto contento. Hoy se empieza una hora antes, a las 6h00. Mientras desayuno me ponen un vídeo de mis amigos del deporte, muy cracks también, me hace mucha ilusión ver incluso gente que nos habremos visto un par de veces en persona pero con los que hemos creado un vínculo a través del deporte.

Me ducho, bebo y como bien. Hemos hecho algunos cambios en los roles del equipo, lo necesitaba para espantar dudas de mi cabeza. Me veo bien de fuerzas, nunca he corrido 84kms seguidos y en mi cabeza me lo divido en un 8x10kms y dentro de cada 10 tendré que ir hasta el 5 y luego restar hasta el diez. Los últimos 4 cuento con que si ya he llegado hasta ahí no me voy a parar!!

Parece una tontería pero de esta manera se hace mucho mas llevadero. En estas distancias es clave el aspecto psicológico. Físicamente todo el mundo está cansado después de 8 horas de deporte.No tendrás problema mientras la cabeza permanezca fuerte. "Siempre fuerte" que decía un ejemplo de lucha. ¡Válido para todo en la vida!

Antes de salir se hace una oración, con todos los participantes en círculo de la mano y los equipos alrededor. Quizás sea este el único momento emocionante que compartimos todos juntos durante los tres días de carrera, es bonito.

Se da la salida y para mi sorpresa no siento que me cueste arrancar a correr, me veo bien. Sale el grupo de los 5 primeros a todo trapo y la alemana les sigue en la distancia. Detrás se forma otro grupito de unos 5-6 corredores en el que voy yo. A los 500 metros ya estoy sudando. Me doy cuenta de que hay mucha humedad(se ve en la siguiente foto) así que le digo al equipo que tengan preparado en todo momento sales e isotónico. El problema es que casi no nos quedan sales!jaja

Les digo que por favor pidan a todos los otros crews que vean, en especial a los españoles y así lo hacen, consiguen bastantes. En mi cabeza entran dudas sobre la estrategia a seguir. Voy corriendo cómodamente a 5´30" o por debajo, no sé si seguir a ese ritmo o aflojar. Intento aflojar pero noto que me cuesta mas aflojar que dejarme llevar así que decido que, como de todas formas voy a reventar en algún momento, decido seguir a ese ritmo hasta donde llegue.

Salto del grupo y empiezo a abrir hueco poco a poco, desde el coche me van cantando la distancia. Llevo la cuenta de los que tengo delante, voy séptimo. Tengo a Steffi a la vista y también la recorto. Llaneo mas rápido que ella y le recorto lo que me saca ella en las bajadas, en la subidas también voy yo mejor. Siento que no solo estoy corriendo si no que estoy compitiendo. Al final consigo pasarla y me pongo sexto antes de la media maratón.

De repente  noto que se me está empezando a formar una ampolla en la planta del pie derecho. Sé que como eso se abra duele mucho. Hago una primera parada para poner vaselina y cambiar calcetines. Steffi me pasa y el grupito me recorta, me cago en la leche!!. Necesitamos Compeed y el equipo de Steffi nos los da. Vuelvo a hacer una parada para limpiar los pies y poner el Compeed intentando que no se termine de formar la ampolla. El otro grupito me alcanza y me pasa en una zona de subidas en la que no consigo reengancharme por lo que me quedo en tierra de nadie. Aún así llego a la primera maratón en 3h58' y décima posición. Maldita ampolla...

Pongo el contador a cero en mi mente y voy a por el primer 10k de la segunda maratón. Es curioso que la propia mente, al saber que tiene que hacer 84 kilómetros, ha tirado ella sola el famoso muro del kilómetro 30 de la maratón. No me canso de decirlo, el cuerpo humano es una máquina acojonante! Y aún así al pasar el kilómetro 50 me veo en problemas, el sol pega mucho y hay cuestas que no me dejan coger ritmo. Mi equipo va cogiendo turnos para correr o caminar conmigo, es un gusto llevar compañía y poder ir con las manos vacías gracias a que ellos hacen de sherpas. Me voy derramando botellas de agua fría por la cabeza y el tronco(todo muy sexy), bebiendo sin parar. No sé cuantos litros de agua e isotónico bebería el domingo!

Hasta el km60 es una tortura, cuando no es subida vamos por un camino de tierra con unas ondulaciones muy raras que no dan descanso a los tobillos. De hecho mi mayor dolor son los tendones del tobillo pues las carreteras americanas están muy combadas para drenar el agua, lo que hace que se me cargue la parte externa del tobillo izquierdo. A día de hoy es la única molestia que aún me dura.

Pasado el kilómetro 60 volví a coger el ritmo. Aunque ya tardaba mas de una hora en hacer cada 10 kilómetros. Hubo que hacer un par de paradas para descargar peso orgánico, a las cuales el pobre David tuvo que acompañarme llevando nuestra amistad un paso mas allá. Un paso que nadie querría dar,jeje,

El coche de apoyo fue prácticamente todo el rato a mi lado y desde él Maria me iba leyendo los WhatsApps de todos mi amigos y familia e incluso poniéndome los audios que ibais mandando y de verdad que no sabéis lo que ayuda eso. Me llegaban recuerdos graciosos, emocionales, bromas, trozos de canciones, cada uno de ellos era unos cuantos metros que hacía sin pensar en el solazo que hacía, en la paliza que llevaba encima o lo que me quedaba así que de verdad que muchas gracias a todos!!

Finalmente Caroline, Maria, Michelle y David hicieron un gran trabajo llevándome hasta la meta sano y salvo, incluso pegándose una paliza a correr conmigo el domingo. Uno de los momentos graciosos del Ultraman es cuando yo iba corriendo y les escuchaba a ellos quejarse de que tenían tirones o que estaban cargados del rato que habían corrido. El escuchar su respiración o ver su cara de esfuerzo por ayudarme es otra cosa que me hace estar orgulloso de poder llamar amigos a estas grandes personas, que hacen un esfuerzo físico, de tiempo y económico por ayudarme con mis aventuras!

Llegamos al kilómetro 80 en 8h34 minutos, el sub9h estaba al alcance de la mano así que apreté y me hice con David dos kilómetros a 5'25" hasta que me dió un poco de mareo, momento en el que dije "Déjate de tonterias Alberto que lo mismo te da 8h59 que 9h05", así que hicimos otro kilómetro trotando y dijimos a la furgo que fueran a aparcar en meta y vinieran a nuestro encuentro para entrar todos juntos en meta y así lo hicimos, tras 26h40 y en la duodécima posición de la general.

Y si, volví a disfrutar de esa gran sensación de conseguirlo, de sentirme afortunado y feliz por lo que hago y como vivo, de tener tanta gente que me quiere y que me apoya tanto cerca como lejos y de seguir cumpliendo ese lema que dice que "LoMínimoEsVivirAlMáximo"

Podéis seguir mis aventuras y ver mas fotos en Instagram @CendreroNieto y FB CendreroNieto
¡¡GRACIAS, GRACIAS Y GRACIAS!!

martes, 17 de enero de 2017

¿Ultraman?¿Eso qué es?

Los que me conocéis sabéis de sobra lo que es un Ironman, e incluso quizás un Ultraman, sobre todo si habéis cometido el error de preguntarme "¿Y en qué andas metido ahora?". Para los que no tenéis ni idea de lo que hablo (o peor aún, si pensáis que esto va de personajes de comics) os diré que son diferentes distancias dentro del triatlón (nadar, bici y correr).

El Ultraman es la distancia mas larga de triatlón (que yo conozca). Se trata de recorrer 515kms durante tres etapas, divididas en tres días. En la primera tendré que nadar 10 kms para después subirme a la bici (mi BeRta de BRT Bikes) y completar los 145kms que cierran el viernes. El sábado será solo de bici, recorreré 275kms quedando para el tercer día el tramo de carrera a pie: 84kms o, lo que es lo mismo, una doble maratón.

Existen tres Ultraman oficiales, los que tienen lugar en Australia, Canadá y Estados Unidos, que clasifican para el que es considerado el Campeonato del Mundo, en Hawaii. En mi caso voy a participar en el de Estados Unidos, más concretamente en Orlando (Florida) dentro de un mes, del 17 al 19 de febrero.

Para participar necesito un equipo de apoyo, es decir, mis Supporters! que ya os presentaré en otro post. Su misión será acompañarme con el kayak en el tramo de natación y después seguirme con la furgoneta para guiarme e irme dando todo lo que pueda necesitar durante la prueba. También se encargarán de ir retransmitiendo como va la cosa tanto a la familia como a los amigos en España. Y coleccionaran las mil historias que nos pasan siempre, empezando por olvidos, siguiendo con pinchazos y acabando con alguna lágrima que otra!!

¿Como me lo tomo yo? Pues de una forma diferente a como hasta ahora. Todos los retos que he ido consiguiendo siempre lo he hecho de forma "dominguera", es decir, yendo sin mas prisas que evitar el tiempo de corte y disfrutando de los paisajes, la compañía y todo lo que surgía. Sin embargo esta vez me apetece apretarme las tuercas, ver hasta donde puedo rendir y probar esa sensación de ir a límite.

Si quería cambiar la filosofía de carrera tenía que empezar por cambiar la filosofía de preparación también: el entrenamiento no cambia, sigo cumpliendo a rajatabla lo que me manda mi entrenador Rubén Gadea de SanusVitae y realizando todo dando como poco el 100%. Lo que si que he cambiado han sido algunos aspectos del ocio. He cortado cervezas y copazos desde la boda de uno de mis mejores amigos el 19 de septiembre y dándome el gusto 3-4 días puntuales desde entonces. De la misma forma también he cuidado más la alimentación, aunque mi gustazo semanal en forma de pizza o hamburguesaca rara vez lo perdono, jeje.

El objetivo es como siempre disfrutar a tope; recordar y disfrutar en los últimos kilómetros el esfuerzo que me ha permitido llegar hasta allí; acordarme de la gente que quiero, cruzar esa meta y abrazarme y dar las gracias a las personas que me habrán ayudado, a las que por supuesto también quiero. Lo he visto ya mil veces en los entrenos y este mes que me queda se me va a hacer muy largo!

P.D: Tendré mis Supporters físicos, pero necesitaré la ayuda de los que estáis en la distancia también, como siempre. En un par de semanas os digo como podéis estar presentes y ser lo que yo llamo "doping psicológico"

No lo olvidéis, LoMínimoEsVivirAlMáximo!! Un abrazo a tod@s!!